lunes, 29 de julio de 2013

Por ti.

Son muchas las cosas que me pasan por ti, y sin que tú te des cuenta.
¿Sabes? A veces es doloroso. No digo que siempre, pero suele ser doloroso. Duele quererte en silencio. Pero creo que es lo mejor. 
De nada sirve hacértelo saber cada día, ¿para qué? Lo tienes presente, y eres como una mariposa manipuladora que va y vuelve. Nunca te quedas para hacerme feliz más de unas horas. Vas, y vuelves. De flor en flor.
Y yo espero tu llegada como una rosa mustia que espera la llegada del invierno. 
No me desespero porque sé que llegarás, tienes que hacerlo, siempre lo haces... pero te echo tanto de menos... Echo de menos que me mires a los ojos y me hables, sin miedo, y que me cojas de la barbilla para darme un beso.
Son pequeños recuerdos de instantes fugaces, pero me acompañan siempre.
Tal vez, algún día llegue otra mariposa que me haga olvidarte, que borre tus huellas de los pétalos de mi rosa, que sea más especial que tú y que no me abandone como haces tú siempre.
Y la verdad es que no te pido demasiado, solamente que me quieras siempre, y no sólo cuando te conviene. Quiéreme siempre. Ese era mi requisito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario