domingo, 27 de noviembre de 2016

Siempre.

Lanza un suspiro a un insondable vacío, y se deja caer en un precipicio de tormenta.
Cierra los ojos y siente el dolor, en el fondo siente que se lo merece, su exterior intenta demostrar indiferencia.
Cae, y siente el dolor. 
Él es el amor de mi vida.
Él es el amor de mí, ¿cómo puedo ayudarle?
Cae, a más velocidad. Vacío. Dolor. Soledad.
Él es mi numen, ni justo ni misericordioso, de los amores no correspondidos, ¿si le sostengo al vuelo, le parto en dos?
Sigue cayendo. Abre los ojos. Me mira.
Yo estoy ahí y también tengo miedo. Ojalá supiera que quiero quedarme con él hasta el final.

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